La Cámara de Comptos de Navarra, creada en 1365 por el rey Carlos II, es el tribunal de cuentas más antiguo de España. Su fundación respondió a la necesidad de controlar las finanzas del Reino tras un periodo de crisis, aunque ya existían antecedentes de supervisión contable desde 1258. Sus funciones originales incluían auditar las cuentas reales, asesorar en materia financiera y gestionar la recaudación de impuestos.

Fue suprimida en 1836 durante el proceso de centralización del Estado, pero restablecida en 1980 como órgano técnico del Parlamento de Navarra, recuperando su histórica sede en Pamplona en 1995.

Dicha sede se encuentra en un caserón gótico civil de la calle Ansoleaga, declarado Monumento Nacional en 1868. El edificio, adquirido por el rey Carlos V de Navarra en 1524, albergó la Cámara hasta su disolución en el siglo XIX y también fue lugar de acuñación de moneda. Posteriormente, fue utilizado por diversas instituciones como el Archivo General de Navarra, el primer Museo de Navarra, la Institución Príncipe de Viana y el Estudio General de Navarra.

El edificio, probablemente del siglo XIII, presenta elementos del gótico primitivo, como un arco apuntado, ventanas con parteluz cilíndrico y una torre sobre la entrada. En su interior destaca una bóveda de cañón apuntado en el corredor de acceso al patio. Este patio ajardinado conserva un antiguo pozo, restos arqueológicos de la ermita de San Nicolás de Sangüesa, una inscripción conmemorativa de San Ignacio de Loyola de 1601, un sepulcro gótico con estatua yacente y otras piezas de valor histórico-artístico.