A cualquier empresa le encantaría tener a su disposición a gente motivada, a empleados comprometidos y a líderes capaces de lograr sus objetivos. Este hecho repercutiría en un aumento directo de los resultados y la productividad de la empresa. Es por ello por lo que las personas, junto con sus habilidades técnicas, son el motor de toda compañía y las empresas cada vez son más conscientes de ello.

La cuestión es cuando a las personas nos domina nuestra parte más biológica hasta tal punto que nos condiciona en nuestra manera de ejercer nuestra labor dentro de un equipo, sobre todo, a nivel relacional, ya que cada uno de nosotros responde y procesa la información desde un lugar diferente.